Yoga inclusivo
Audre Lorde


Yoga para diversidad funcional
El término Diversidad Funcional se ajusta a una realidad en la que una persona funciona de manera diferente o diversa a la mayoría de la sociedad. Fue propuesto por el Foro de Vida Independiente y Diversidad que lo define como “la diferencia de funcionamiento de una persona al realizar las tareas habituales (desplazarse, leer, agarrar, ir al baño, comunicarse, relacionarse, etc) de manera diferente a la mayoría de la población”. (F.V.I. 2005).
Todas las personas somos diversas entre sí, no deberíamos emplear la diferencia para crear desigualdad, más bien deberíamos enriquecernos de ella.
Bajo este nuevo paradigma surgen diferentes tipos de diversidad y trastornos asociados:
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Problemas de movilidad física o motriz.
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Dificultades sensoriales; bien sean auditivas o visuales y pudiendo ser totales o parciales.
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Diversidad intelectual, desde niveles leves a más severos.
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Diversidad psíquica, donde encontraríamos los trastornos mentales.
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Trastornos del neurodesarrollo (TEA).
En esta clasificación sobre diversidad funcional se tienen en cuenta los diferentes aspectos que pueden dificultar la cohesión con el “grupo mayoritario” debido a distintas problemáticas que imposibilitan el sentimiento de pertenencia como pueden ser problemas físicos, sensoriales, etc. que dificultan en ocasiones las capacidades de interacción social.
¿Cómo puede ayudar el yoga?
En yoga hay un dicho bonito y cierto a partes iguales:
“Si puedes respirar, puedes hacer yoga”
Y es que esta disciplina tiene la capacidad de poder adaptarse a todas las personas y a todos los lugares. Además de todos los beneficios físicos y mentales que nos reporta, tiene un alto componente humano desarrollando en las personas que lo practican una sensación de arraigo y pertenencia al grupo.
La práctica de yoga te hace volver a confiar en ti. Es una forma de autoconocimiento y por lo tanto de empoderamiento. El yoga inclusivo consiste en adaptar la práctica a cada persona, a sus capacidades y a sus ritmos.
A modo de ejemplo; se trabaja en silla con personas con movilidad reducida, se adaptan las clases a personas con dificultades sensoriales de manera que sean asequibles para personas con falta de visión total o parcial, se emplean estímulos sensoriales en niños/adolescentes con TEA.
La premisa es hacer que cada persona conecte consigo misma y experimente a través de sus propias experiencias vitales donde están sus límites. Hacer que se descubran, que se acepten y acepten a los demás, que se cuiden y cuiden al resto, en definitiva que se quieran y quieran en comunidad. Se se trata de un camino de confianza y reciprocidad.
El acogimiento residencial es una medida de protección destinada a menores que no pueden permanecer en sus hogares por estar en situación de desprotección. Mediante esta medida se les proporciona un lugar de residencia y se da cobertura a sus necesidades educativas y de desarrollo en todos los ámbitos de la vida.
Los menores en acogimiento residencial padecen en la mayor parte de los casos problemas psicológicos derivados de las experiencias traumáticas que han vivido. La gran mayoría manifiestan altos niveles de ansiedad, impulsividad, escasa gestión emocional, etc. que les conducen a generar respuestas violentas (verbales o físicas) o a tener comportamientos ausentes y de poca socialización.
La educación emocional es la base para superar las carencias que se sufren como sociedad y en estos contextos institucionalizados aun más. Gracias a las herramientas que no proporciona una educación basada en valores y que prioriza las capacidades emocionales de las personas, conseguiremos gestionar: conflictos, confrontación, ansiedad, estrés, depresión, aislamiento, delincuencia, agresividad, etc.
Yoga para menores en acogimiento residencial
El yoga como herramienta de gestión emocional
El yoga es una práctica muy positiva en la etapa de crecimiento de los niños y adolescentes, el objetivo principal del yoga es el de equilibrar la manera de sentir, pensar y actuar. El conocimiento de su propio cuerpo, aprender a adquirir unos buenos hábitos posturales, a ser consciente de sus propias sensaciones, aprender a respirar bien, a relajarse, a desarrollar su capacidad de atención, memoria y concentración.
Yoga en niños
En función de la edad las clases son más o menos lúdicas. Hasta los 7-8 años se utilizan herramientas como canciones y cuentos para conseguir una mayor atención y colaboración de los niños. Para los niños de más de 8 años el yoga es muy útil a la hora de aprender a identificar y gestionar sus emociones, utilizando sobre todo técnicas de respiración y relajación.
Mejora la comunicación
El yoga ayuda a fomentar la autoestima y a adquirir confianza en la propia persona y en el resto, de este modo la comunicación con el grupo de iguales pasa a ser positiva y poder expresarse libremente sin miedo a ser juzgados/as.
El trabajo en grupo además de facilitar la comunicación y la cercanía entre iguales incrementa de manera positiva valores como la cooperación, la solidaridad, la empatía, la tolerancia y la aceptación.
Atención plena
Bajo técnicas de respiración y meditaciones activas conseguimos que mantengan el foco de energía en realizar actividades que les permiten concentrase a la par que están consiguiendo un estado de relajación activa.
Mejora de la coordinación motora, los niños aprenden cómo se mueven las diferentes partes del cuerpo y ponen atención a los movimientos, mejoran la coordinación y el ritmo.
Beneficios
Físicos
Emocionales
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Adquisición de una correcta postura corporal.
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Facilita la relajación y la conciliación del sueño.
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Mejora la concentración, la coordinación y el equilibrio
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Aumentó de fortaleza física y flexibilidad.
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Ayuda a la canalización de energía.
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Aprenden a respirar de forma correcta y calmada.
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Aumento de confianza y autoestima.
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Favorece la socialización y la cooperación del grupo.
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Invita a desarrollar valores y cualidades como respeto, tolerancia, empatía.
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Favorece el autoconcepto y autoconocimiento.
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Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
Yoga en adolescentes
La adolescencia es una etapa convulsa y difícil de transitar. Los cambios físicos y cognitivos que se suceden son un hito en nuestras vidas, en la mayor parte de los casos no existe un desarrollo madurativo suficiente para alcanzar a comprender lo que nos sucede y a la velocidad que nos sucede. Los sentimientos de incomprensión y desarraigo nos asaltan y mayormente buscamos amparo y cobijo en el grupo de iguales por tener ese sentimiento de pertenencia que solo encontramos con quienes transitan la misma etapa.
En esta etapa las problemáticas más comunes que se manifiestan a título personal y del grupo son ansiedad, depresión, bullying, sexting, adiciones tempranas al alcohol u otras drogas y en el contexto que nos atañe referido al entorno residencial el control de la ira y la agresividad suele manifestarse de forma habitual.
Yoga como herramienta de gestión emocional en la adolescencia
Tal y como mencionábamos en los beneficios de yoga para niños, volvemos a repetir que el yoga es una herramienta de conexión con nosotras/os mismas/os. Nos ayuda a conocernos y a aumentar nuestra autoestima de forma positiva conectando con nuestra mente y nuestro cuerpo, aprendiendo a escucharnos y a conocernos realmente haciéndonos superar miedos e inseguridades mediante las prácticas más activas y durante las más meditativas.
En relación al sentimiento de pertenencia al grupo con el yoga los valores de la aceptación, la tolerancia y el respeto se adquieren bajo la premisa de que en la práctica de yoga todos los procesos son válidos y están bien, no hay competición, no hay mejor o peor, hay disfrute y conocimiento de nuestros límites. Es una gran herramienta para generar empatía y querer ayudar a tus iguales.
¿Cómo adaptar el yoga a la adolescencia?
Dado que es una etapa en la que buscan aprobación constante de sus iguales es interesante ahondar en los gustos del grupo, acercándonos a su cultura musical, a sus creencias, intereses culturales y desde ahí construir una práctica adaptada.
Además en esta etapa evolutiva debemos crear prácticas más dinámicas y de actividad física más intensa para proporcionar una descarga más potente de energía, donde se liberen de tensiones, ira y ansiedad. Bajo las estas premisas el trabajo en parejas y grupos se forjará interesante pues tendrán que colaborar y confiar para lograr los objetivos propuestos en la sesión.
Las clases de yoga para adolescentes ayudan a los jóvenes a canalizar y gestionar sus emociones, a conectarse con su cuerpo, a relajarse y a concentrarse mejor.
Beneficios
Físicos
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Corrección de la postura corporal y reducción de dolores musculares.
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Mejora de la coordinación.
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Aumenta la flexibilidad.
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Refuerza el sistema inmunológico.
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Fortalecimiento muscular y óseo.
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Refuerza el sistema nervioso.
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Mejora el equilibrio y la concentración.
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Aprender a respirar.
Emocionales
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Aporta paz y calma.
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Reduce estrés y ansiedad.
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Mejor el humor.
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Mejora la concentración y habilidades intelectuales.
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Aumenta la autoestima.
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Autoconocimiento.